Los zapatos bonitos tienen ese algo que no sabemos muy bien lo que es, pero nos atrae.
Nos detienen frente a escaparates, nos hacen navegar por internet buscando ese modelo exacto, e incluso te pueden obligar a escoger un look a partir de ellos, y no al revés. Caprichosos ellos, nos producen una sensación de felicidad al estrenarlos, al abrir la caja y olerlos nuevos, al saber que el regalo de tu cumpleaños será el par que le pediste a tu pareja.
¿Qué tendrán?
Pero para nosotras da igual, ¡antes muerta que sencilla! Si el par es ideal, nos cegamos y creemos que vale la pena sufrir un poquito para sentirnos divinas.
A veces los utilizamos como excusa…
Son como diferentes amigos para diferentes ocasiones. Y todos tenemos nuestro mejor amigo, como nuestro par favorito: ese con el que estás cómoda 24 horas, con el que lo mismo sales con tu novio que de fiesta que a una comida con tus padres, ese par que fue una ganga en aquel outlet…
Por todo ello y más merecen un hueco de honor en casa, su rincón o su armario, e incluso habitaciones enteras para las más afortunadas.
¡We love shoes!
Espero que os haya gustado mi visión del calzado, y si queréis ver más moda en clave de humor y sonrisas os espero, ¡gracias!
Oh Mercy!
@oh_mercy
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